En definitiva, al asumir este Gobierno, el país, con un 22% de su población sumida en la extrema pobreza, afectado por una inflación catastrófica, con un déficit fiscal que alcanzaba una magnitud insostenible y sin que existieran las condiciones necesarias para el normal desarrollo de las actividades privadas, requería de una estrategia clara y definida que asegurara su pronta recuperación.
Por esta razón, el Gobierno impulsó un esquema que reconoció al Estado el papel subsidario que le corresponde, que es respetuoso del derecho de propiedad privada y de la libre iniciativa particular, que promueve la apertura al comercio exterior y que permite conjugar armónicamente el principio de libertad individual con el de autoridad, a fin de garantizar y promover el bien común.
¡Cuán alejado del totalitarismo se halla un Gobierno que cultiva estos principios! ¡Y cuán cerca de él se encuentra el Gobierno que los descuida, aún cuando pregone a los cuatro vientos su vocación democrática!
Han sido estos principios, unidos al empuje y capacidad de los chilenos, los que han hecho posible mostrar hoy, como producto de este decenio, importantes logros que proyectan al país por su ruta hacia el desarrollo.
¡No se trata, compatriotas, de exhibir aquí cifras y estadísticas! Ellas han sido entregadas ya por los organismos competentes.
Tanto los sectores productivos, como los sociales y de servicios, muestran los logros fundamentales que confirman la eficacia de la acción del Gobierno.
Los llamo, hoy, a considerar especialmente:
¡En el sector salud, el descenso de los índices de mortalidad infantil y de desnutrición; el mejoramiento de la situación nutricional de los menores; el aumento de las expectativas de vida; el establecimiento de un sistema que ha incrementado la participación del sector privado y que ha permitido la libre elección de establecimientos y de profesionales por parte del usuario!
¡En el sector educacional, el descenso de la tasa de analfabetos; el aumento de la cobertura en la atención integral de la población parvularia en extremas pobreza; la ampliación del alcance de la educación básica; el aumento de la atención preescolar y la promoción del acceso a la educación superior!
¡En el sector justicia, la atención de menores en situación irregular; el aumento del gasto mensual por menor; la creación permanente de nuevos tribunales y cargos judiciales; la promoción a la asistencia judicial y la reforma a leyes y códigos fundamentales!
¡En el sector laboral, la dictación del Plan Laborral para favorecer un sindicalismo libre y despolitizado, y las normas sobre negociación colectiva para que esta sea justa y tecnificada; la transformación de la asignación familiar en un subsidio uniforme; la asignación familiar para menores y madres embarazadas en extrema pobreza y el fomento a la capacitación laboral!
¡En el sector previsional, la anhelada reforma al régimen de pensiones!
¡En los sectores productivos, el crecimiento de la minería, del sector pesquero y del sector forestal, así como del comercio y los servicios!
¡El incremento de las exportaciones no tradicionales y la apertura al comercio exterior!
¡La lucha contra la extrema pobreza, la erradicación de campamentos insalubres, las soluciones habitacionales y las obras de urbanización, alcantarillado y agua potable!
¡El sanaeamiento de los títulos de dominio y la entrega de la propiedad de la tierra!
¡La derrota de la inflación!
¡La Reforma Administrativa y la Regionalización!
¡La Carretera Austral!
¡Estas son obras, señores, cuya trascendencia, sin duda, apreciarán los chilenos del mañana!
El Gobierno ha promovido, además, un nuevo concepto de participación que, más allá de entenderla agotada en el derecho a sufragio, la extiende a todos los planos y actividades de los individuos.
¡La comunidad debe participar tanto en el terreno político, como en el terreno económico y social!
Ello se consigue ampliando el margen de libertad individual en cada uno de esos ámbitos y creando diversas opciones que incidan en la vida diaria de las personas.
La Regionalización, el traspaso a las Municipalidades de la Educación y de Servicios de Salud, el sistema previsional, el nuevo régimen de Gobierno Interior y las perfeccionadas fórmulas de participación política previstas en la Constitución configuran un nuevo sistema que promueve una efectiva integración ciudadana a las grandes tareas nacionales.
Para concluir esta parte de mi intervención, quiero destacar como hecho relevante de estos diez años el trabajo abnegado y generoso de miles de mujeres chilenas que, constituidas como pilares de la familia y de nuestra sociedad, han impulsado acciones vountarias de auténtica solidaridad y beneficio social. En ello ha correspondido un papel prioritario a mi querida esposa, por cuyo intermedio rindo un homenaje a la mujer chilena.
Es también para mí muy grato expresar mi profundo reconocimiento a la patriótica labor social emprendida por las distinguidas esposas de los señores Miembros de la Honorable Junta de Gonierno, que se han preocupado de llevar cariño y felicidad a tantos seres desvalidos.
Esta es la senda de progreso de vuestro Gobierno en su caminar de diez años. Diez años de lucha, esfuerzo y sacrificio.
Continúa