martes, 7 de octubre de 2008

La crisis económica y la problemática social.

Augusto Pinochet Ugarte: Patria y democracia.
Las crisis económicas producen naturalmente inquietud social, ya que significan disminución de ingresos, cesantía y pobreza. Ello genera desconfianza, y si la autoridad no recoge esa inquietud y no enfrenta el problema, los afectados se ven dispuestos a participar en cualquier aventura y apoyar cualquier cambio, pues no tienen tienen nada que arriesgar o que perder. Aquellos países en que reina la demagogia, y en que vastos sectores se ven desplazados de la actividad nacional, sin vías de progreso y sin posibilidad de superación, son los más expuestos a extremos que suelen tener signos totalitarios. El marxismo siempre aprovecha esas coyunturas para sembrar el odio y tratar de cosechar el poder.

Chile, aun con los problemas de todos conocidos, vive una situación absolutamente diferente. Aquí hemos procurado, y lo continuaremos haciendo, incorporar a todos los sectores a la tarea del desarrollo. Hemos impulsado la participación de la comunidad desde la base misma y hemos introducido márgenes de libertad individual hasta ahora desconocidos para los chilenos. La entrega de títulos de dominio a los campesinos, la regularización de la propiedad de la tierra, las opciones existentes en materia previsional, los traspasos de educación y salud a las Municipalidades, son puntos concretos en que se expresa la libertad y en que hay un reconocimiento a la persona y a su capacidad. El reconocimiento a la propiedad privada y a la libre iniciativa particular son también prueba de ello.

Por otra parte, la red social que el Gobierno ha creado es una respuesta eficiente a las necesidades de nuestros compatriotas de menores recursos.

Nuestro objetivo ha sido ir materializando la igualdad de oportunidades y comprometiendo a cada persona con su propio desarrollo. Nadie ha de marginarse. La lucha contra la extrema pobreza pretende precisamente incorporar a esos sectores al quehacer nacional y comprometerlos con un sistema que los reconoce como hombres dignos y con posibilidades reales de superación.  


Por eso veo a Chile con optimismo. La crisis económica es transitoria, y la tarea en que el país esta empeñado va más allá de lo meramente económico. La adhesión a una estrategia de desarrollo político, económico y social fundada en la libertad se ha arraigado en los chilenos, y por ello las dificultades económicas no alterarán este compromiso con estos valores esenciales que hemos promovido y fortalecido en estos años. (Entrevista al Diario "La Nación". Santiago 3 de enero de 1983)


No hay comentarios: