Politica, Politiquería, Demagogia.
Augusto Pinochet Ugarte.
Capítulo II.
"SER MILITAR Y SER GOBERNANTE"
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Se podría pensar que, para quien haya decidido dedicar su vida a la carrera de las armas, la política representa una actividad que en cierto modo le es indiferente. Ello quizás pueda tener alguna razón en lo que se relaciona con el episodio contingente; pero, en ningún caso, puede el militar permitirse permanecer impasible ante las grandes decisiones históricas que afectan el destino de la Patria. Como soldado de Chile, vi y viví con inquietud lo que en el país sucedía en los últimos lustros en que dominó el partidismo y, sobre todo, temí la tragedia que podría consumarse cuando el Partido Comunista consiguiese el poder a través de Allende.
Preocupado por aquella realidad que había palpado en mis primeros años de oficial, y que tanto me inquietaban, me pregunté muchas veces por mi posición como soldado de Chile, y, de modo especial, por mi responsabilidad en aquellos momentos. Veía no sólo cómo la institucionalidad había sido deteriorada, sino que, más aún, cómo los hechos traspasaban diariamente, ante la impotencia general. Y, lo que es peor, asistíamos a la preparación de un cruel enfrentamiento entre compatriotas, alentado abiertamente desde el extranjero. Nadie escuchaba ya la voz de la razón y de la armonía. Todo era consignas, imágenes ajenas a nuestra realidad y voces agresivamente altisonantes. La politiquería hundía a nuestro país, mientras los sectores más humildes sufrían las peores consecuencias de la crisis total en que Chile se debatía. A eso habíamos llegado en nuestra Patria...
¡Y a eso había que ponerle término
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